La gente de Santa Fe, aun quienes no son sus hinchas, le debe al Sabalero un doble agradecimiento.
El primero, al equipo, al cuerpo técnico y a la dirigencia por hacer posible el campeonato que le fue esquivo por 116 años. Por haber concretado lo que tantas veces había insinuado y llevar a Santa Fe a los primeros planos nacionales no solo en los medios tradicionales sino también en las redes donde abundaron los hashtags referidos a la estrella conseguida por Colón.
El segundo agradecimiento, quizás más importante, se lo deben también aquellos que no son hinchas y para quienes el triunfo del Sabalero fue un cachetazo. Ellos, más que nadie, le deben una palmada en la espalda al hincha de Colón.
Es que la caravana de 3 días que protagonizaron los hinchas, desafiando las recomendaciones temerosas de políticos, especialistas y líderes de opinión, fue el experimento más grande y la prueba más concreta de que el encierro al que nos tienen sometidos es uno de los sinsentidos más grandes y más disparatados del que se tenga recuerdo.
Ya pasaron los 14 días de ventana en los que el virus puede incubarse y manifestarse y no solo los contagios no tuvieron la explosión que los agoreros aseguraron sino que los números son menores a los de las peores semanas de mayo.
Colón y, sobre todo su gente, vuelve a mostrar el camino. Así como fue el primer equipo de la ciudad en salir del país para afrontar un torneo continental y fue el primero que llegó a una final internacional, ahora es el encargado de demostrar que estamos listos para sacarnos de encima el corset del encierro que tiene una justificación más política que científica.
Este experimento, para el cual los sabaleros se prestaron voluntariamente, demuestra que el virus no se reproduce en espacios abiertos con la virulencia que se creía. Amén de que esto fue demostrado muchas veces (solo alcanaza con recordar las multitudinarias marchas de “Black Lives Matters” en EEUU), ahora la prueba la tuvimos, literalmente, a la vuelta de la esquina.
A los dirigentes políticos, aprovechen esta prueba que la gente de Colón les regaló y levanten las limitaciones que todavía pesan sobre la ciudadanía y las actividades comerciales al aire libre. Todavía están a tiempo de que la gente se los agradezca.
Y a los hinchas de Unión, salgan de sus casas que no pasa nada.
